Él era un chico de 18 años, era el pequeño de 3 hermanos y vivía 2 calles más adelante de Irene. Era un poco tímido o mas bien callado pero muy observador, no era de aquellos chicos que conocía, típicos chulos y depravados que se creen los reyes del universo. No. Él era distinto, él parecía una buena persona, bueno, lo fue...Sabía pasar desapercibido pero al mismo tiempo conseguía que nadie se olvidara de él. Doy fe de ello. No era como los demás. Él era especial. Lo fue para mí...
Me tengo que ir ya.-dijo Irene entre lágrimas. Sabes que te quiero muchísimo y que te quiero de verdad y que…que quiero que esto nos lleve a algún lugar…que nos lleve a algún lugar juntos y eso no lo puedo conseguir sola.
Se miraron y el silencio se apoderó del momento. Te lo voy a preguntar por última vez.-Continuó ella.- ¿ Tú me quieres?.
No te puedo decir que te quiero porque te estaría mintiendo.-Dijo él mientras agarraba a Irene por la cara.-Pero me gustas mucho más que al principio de verano. Y la besó.
Dejaron atrás agosto. Y la vida de él continuaba como siempre; universidad, amigos…y la absurda manía diaria de no dejar de pensar en Irene…
No soy tan fuerte como aparento. No siempre contesto bien. No paso de todo, hay muchas cosas que me importan más que nada. No siempre estoy de broma pero tampoco soy borde ni mala persona. Claro que quiero a la gente, claro que la necesito. Pero no siempre me apetece hablar o escuchar. Hay veces que solo necesito un beso o un abrazo. Me gusta estar sola pero no todo el tiempo.No soy tan ignorante como crees. Soy una gran ilusa y enamoradiza y eso, es una bomba explosiva. No soy fácil de tratar.No siempre soy asi. No, no soy así...
Me encantaría escribirte algo muy muy bonito para que siempre que lo leyeras, sonrieras e involuntariamente te acordases de mi.
Pero creo que eso no va a ocurrir. No. Es casi imposible. Pero yo, lo voy a intentar...
Una vez me dijiste que hay cosas que nunca cambian. Tienes razón. Pero hay otras cosas que si. Cambian las estaciones del año, cambia la moda, cambia nuestra edad...Una vez conocí a una persona con una sonrisa especial, tanto que esa sonrisa contagió mi cara desde ese día.
Aún la recuerdo. Al igual que recuerdo sus gafas rojas con topitos blancos. Y al igual que recuerdo como nos conocimos entre batido y batido y entre tés y confidencias de amor...
Aunque esas gafas se rompieron. Ella nunca dejó de ELLA.Y yo, aunque lo niegue, nunca dejé de ser yo...sin ella.
Y si buscases en un mapa algún sonido, algún circulo polar, algún rojo corazón.
No lo encontrarias. Nunca más.
Porque si, hay cosas que nunca cambian y quererte es una de ellas
Siempre habrá un vagón de tren en nuestro corazón donde nos esperaremos día tras días
