Aquí, sentada, pienso y me doy cuenta de que no me falta nada…Empiezo a tener la vida que quiero. La que siempre he querido.
Me miro al espejo. Una sola vez y me veo bien, feliz, mis ojos brillan como jamás lo han hecho, mi sonrisa contagia toda mi cara.
Sentirse bien con una misma es tan imprescindible y absolutamente genial.....verte bien en un espejo....la mejor de las sensaciones.
Pero más aún si encuentras a alguien que también lo ve...

Alguna noche en la que la ilusión no me ha dejado dormir, he cerrado los ojos y he empezado a imaginar...Imaginé que tú también estabas igual que yo, imaginé que me besabas y te juro que nadie lo había hecho así jamás, te imaginé abrazado a mi. Imaginé que esa noche estabas a mi lado susurrándome te quieros sin fin...y en ese momento dejé de imaginar.
Pero cada noche desde esa noche lo único que me deja dormir es imaginar que estás ahí conmigo y que aunque solo sean sueños esa noche no duermo sola...

El destino nos quiere juntar
pero siempre en el momento
equivocado...

Cenó las sobras de la comida, se duchó y se pasó horas viendo la televisión hasta que se quedó dormida en el sofá.
Se despertó de madrugada y se fumó un cigarro en el balcón. No pensaba en nada.
En nada que no fuera él.
Después decidió tomarse un café y comenzó a escribir su historia, pero no sabía por donde empezar, solo conocía el final y desafortunadamente no era feliz....

¿Qué hacer cuando no sabes qué hacer?
Cuando tienes 100 pájaros en la cabeza y 1000 mariposas en el corazón. Cuando no puedes dejar de mirarlo, aunque solo sea en fotos, ni puedes controlar esa sonrisa tonta cuando vas caminando por la calle y te acuerdas de él.
Cuando recuerdas cada frase, cada detalle de ese día, de ese instante o ese momento vivido con él. Él…
Demasiado tarde, te has enamorado. Mal. Porque ahora ¿Qué vas a hacer cuando no sepas que hacer? ¿Cuándo no sepas que hacer sin él? Dime.
¿Qué vas a hacer si él ni lo sospecha?